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Efesios 4:7-11 a la luz del Salmo 68

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Por Jaime Mazurek

Un pasaje bíblico muy bien conocido en el mundo evangélico-pentecostal es Efesios 4:11: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”.  Es un hermoso versículo que nos habla sobre ministros de la Palabra que Cristo dio a su Iglesia, fruto de su pasión en la cruz, para la edificación de la Iglesia.

Sin embargo, las palabras previas que introducen Efesios 4:11, “7 Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8 Por tanto, dice: «Cuando ascendió a lo alto, Llevó cautivo un gran número de cautivos, Y dio dones a los hombres» (Efesios 4:7,8), no son exclusivamente paulinas, sino una adaptación de un pasaje del Antiguo Testamento, puntualmente tomado del Salmo 68.

Este artículo es un intento para comprender el contexto literario de la carta de Pablo a los Efesios y particularmente de Efesios 4:8-11 a la luz del Salmo 68. Conocer bien ese salmo nos puede ayudar a apreciar mejor cuál habría sido la intención de Pablo de usar aquellas palabras en su epístola.

Conozcamos el Salmo 68

El Salmo 68 es un salmo de David que los judíos cantaban durante las fiestas de Pentecostés y Tabernáculos, pues recuenta y celebra el éxodo bajo Moisés y el establecimiento de la nación de Israel con Jerusalén como capital. El protagonista del Salmo es Dios mismo, quien acompaña a su pueblo en su peregrinación como poderoso jinete guerrero que “cabalga por los desiertos” (v. 4) y “cabalga por los cielos de los cielos” (v. 33). Dios acompaña a su pueblo, les da la victoria en batalla, y avanza con ellos desde el Sinaí hasta Sion para establecer su Templo y su reino.

Al revisar varios excelentes comentarios, se aprecia que no hay consenso en cuanto a la estructura de este salmo, pero para nuestros efectos diremos que el salmo se divide en dos mitades, casi iguales. Los vs. 1-18 celebran lo que Dios hizo en el éxodo y su establecimiento en Jerusalén; y los vs. 19-35, la celebración del ascenso del Rey, reconocido por todas las naciones de la tierra. En la primera mitad, el salmista habla de cosas del pasado, en la segunda mitad, de su presente y del futuro.[i] En la RVR60 se titula muy acertadamente a este salmo, “El Dios del Sinaí y del Santuario”. Veamos los grandes temas que presenta este salmo.  En este estudio se empleará la versión Nueva Biblia de las Américas.

I.        La salvación que Dios dio a Israel en el éxodo y su establecimiento en Jerusalén – Salmo 68:1-18.

A.    La victoria de Dios y la alegría de su pueblo – vs.1-3.

Levántese Dios; sean esparcidos Sus enemigos,
Y huyan delante de Él los que lo aborrecen.
2 Como se disipa el humo, disípalos;
Como la cera se derrite delante del fuego,
Así perezcan los impíos delante de Dios.
3 Pero alégrense los justos, regocíjense delante de Dios;
Sí, que rebosen de alegría.

El salmo comienza con una rogativa al Señor, que triunfe sobre sus enemigos; que los impíos que le aborrecen sean esparcidos, disipados como el humo, y que los justos se alegren y regocijen delante de El.

B.    La bondad de Dios al liberar a Israel de su esclavitud en Egipto – vs. 4-6.

Canten a Dios, canten alabanzas a Su nombre;
Abran paso al que cabalga por los desiertos,
Cuyo nombre es el Señor; regocíjense delante de Él.

Padre de los huérfanos y defensor de las viudas
Es Dios en Su santa morada.
6 Dios prepara un hogar para los solitarios;
Conduce a los cautivos a prosperidad;
Solo los rebeldes habitan en una tierra seca.

El salmista describe a Dios como un jinete que “cabalga por los desiertos” y le alaba por su gran misericordia para con los huérfanos, las viudas, los solitarios y los cautivos, a quienes conduce hacia la prosperidad.

C.    Dios marcha en el desierto, junto a su pueblo en el éxodo, supliendo sus necesidades – vs. 7-10.

Oh Dios, cuando saliste al frente de Tu pueblo,
Cuando marchaste por el desierto, (Selah)
8 Tembló la tierra;
También se derramaron los cielos ante la presencia de Dios;
El Sinaí mismo tembló delante de Dios, el Dios de Israel.

Tú esparciste lluvia abundante, oh Dios,
Tú fortaleciste Tu heredad cuando estaba extenuada.
10 Los de Tu pueblo se establecieron en ella;
En Tu bondad, oh Dios, proveíste para el pobre.

El salmista recuerda las poderosas manifestaciones de la presencia y gloria de Dios en el Monte Sinaí (Éxodo 19:16-19), y su provisión de agua y comida (Éxodo caps. 16, 17).

D.    Las victorias de Israel sobre los reyes – vs. 11-14.

11 El Señor da la palabra;
Las mujeres que anuncian las buenas nuevas son gran multitud:
12 «Los reyes de los ejércitos huyen; sí huyen,
Y la que se queda en casa repartirá el botín».
13 Cuando ustedes se acuestan en los rediles,
Son como alas de paloma cubiertas de plata,
Y sus plumas de oro resplandeciente.
14 Cuando el Omnipotente dispersó allí a los reyes,
Nevaba en el monte Salmón.

El salmista describe una victoria extraordinaria. La palabra del Señor en boca de las mujeres de Israel hizo correr a los reyes enemigos. El botín fue tanto que hasta los que se habían quedado en casa tenían despojos para repartir. Se acostaban a dormir, forrados en plata y oro. Los reyes huyeron en tal confusión que se asemejaban a los copos de nieve que al caer son dispersos por todos lados, soplados por el viento. La metáfora de los copos de nieve dispersos es semejante a la disipación del humo mencionado en el vs. 2.

E.    Jehová marcha desde el Monte Sinaí hasta el Monte Sion, recibiendo tributos de los hombres para la construcción de su Templo – vs. 15-18.

15 Monte de Dios es el monte de Basán;
Monte de muchos picos es el monte de Basán.
16 ¿Por qué miran con envidia, oh montes de muchos picos,
Al monte que Dios ha deseado para morada Suya?
Ciertamente el Señor habitará allí para siempre.
17 Los carros de Dios son miríadas, millares de millares;
El Señor está entre ellos en santidad, como en el Sinaí.
18 Tú has ascendido a lo alto, has llevado en cautividad a Tus cautivos;
Has recibido dones entre los hombres,
Y aun entre los rebeldes, para que el Señor Dios habite entre ellos.

David anuncia a los montes de Basan y otros al otro lado del Jordán que el Monte de Sion es el lugar que Dios ha establecido como su morada. Describe como Jehová avanza con un ejército innumerable a tomar posesión de Sion, trayendo tras sí a sus cautivos, y recibiendo tributos, tanto de su pueblo como también de sus enemigos, para la edificación del Templo.

II.      La alabanza que se ha de rendir a Dios, camino al Templo – Salmo 68:19-36

En esta segunda división del salmo el lenguaje cambia de tiempo pretérito (ejemplo: v. 8 “Tembló la tierra”), a tiempo presente (ejemplo: v. 20 “Dios es para nosotros un Dios de salvación”) y futuro (ejemplo: v. 29 “Te traerán presentes los reyes”. Habiendo ya contado la historia del éxodo y la conquista, el salmista anima al pueblo a seguir alabando a Dios por su salvación, en las fiestas de Israel.

A.    Adoración de Dios por su salvación – vs. 19-23

Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga,
El Dios que es nuestra salvación. (Selah)
20 Dios es para nosotros un Dios de salvación,
Y a Dios el Señor pertenece el librar de la muerte.
21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de Sus enemigos,
La testa cabelluda del que anda en sus delitos.
22 Dijo el Señor: «De Basán los haré volver;
Los haré volver de las profundidades del mar,
23 Para que tu pie los aplaste en sangre,
Y la lengua de tus perros tenga la porción de tus enemigos».

El salmista llama a alabar al Señor por su salvación que es total y absoluta. Dios ha librado a su pueblo y destruido a sus enemigos, tanto los de las montañas de Basán en el oriente, como de las costas del Mediterráneo en el occidente.

B.    La gran procesión de las tribus de Israel, acompañando al Rey hacia el Monte Sion – v. 24-27

24 Ellos han visto Tu procesión, oh Dios,
La procesión de mi Dios, mi Rey, hacia el santuario.
25 Los cantores iban delante, los músicos detrás,
En medio de las doncellas tocando panderos.
26 Bendigan a Dios en las congregaciones,
Al Señor, ustedes del linaje de Israel.
27 Allí va Benjamín, el más joven, dirigiéndolos,
Los príncipes de Judá con su grupo,
Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

El salmo describe el júbilo y la alabanza unida de las tribus de Israel, en Jerusalén. Queda muy claro que se reconoce a Dios mismo como el Rey de Israel.

C.    Las naciones vendrán y adorarán al Dios verdadero – vs. 28-31

28 El Dios tuyo ha mandado tu fuerza;
Muestra Tu poder, oh Dios, Tú que has obrado por nosotros.
29 Por causa de Tu templo en Jerusalén
Te traerán presentes los reyes.
30 Reprende las fieras de las cañas,
La manada de toros con los becerros de los pueblos,
Pisoteando las piezas de plata;
Él ha dispersado a los pueblos que se deleitan en la guerra.
31 De Egipto saldrán mensajeros;
Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.

En este punto, el salmista habla sobre el futuro, (ejemplo: v. 31 “De Egipto saldrán mensajeros; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios”).  Por causa de la presencia de Dios en su Templo en Jerusalén, los reyes de las naciones vendrán para adorarle.

D.    Se invita a todos los reinos y pueblos de la tierra a adorar al Señor – vs. 32-35

32 Canten a Dios, oh reinos de la tierra;
Canten alabanzas al Señor. (Selah)
33 Canten al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad;
Él da Su voz, voz poderosa.
34 Atribuyan a Dios fortaleza;
Su majestad es sobre Israel,
Y Su poder está en los cielos.
35 Imponente eres, oh Dios, desde Tu santuario.
El Dios mismo de Israel da fortaleza y poder al pueblo.
¡Bendito sea Dios!

El salmo culmina con una convocación a las todas las naciones de la tierra a cantar las alabanzas de Jehová.  Dios sigue siendo el poderoso jinete guerrero que defiende a su pueblo. Dios mismo levanta su poderosa voz en su triunfo y todo su pueblo le alaba.

El Salmo 68 y la Epístola de Pablo a los Efesios

Es fácil reconocer que al escribir Efesios 4:8 “Por tanto, dice:Cuando ascendió a lo alto, llevó cautivo un gran número de cautivos, y dio dones a los hombres”, Pablo estaba empleando una frase tomada del Salmo 68:18, “18 Tú has ascendido a lo alto, has llevado en cautividad a Tus cautivos; Has recibido dones entre los hombres”. Pero además de eso, existen otros elementos paralelos entre el Salmo 68 y Efesios dignos de mencionar. Hay una cantidad de puntos de semejanza entre la realidad del pueblo de Israel en su peregrinación en el desierto y la situación de los creyentes en la ciudad de Éfeso.

La realidad de Éfeso

Éfeso era el mayor centro de idolatría, hechicería y magia de todo el imperio Romano. El Templo de Artemisa (Diana) era el eje central de la idolatría. Tenía 137 metros de largo, 69 metros de ancho, y casi 20 metros de alto.  Era cuatro veces más grande que el Partenón en Atenas.

En Éfeso se ofrecía toda suerte de instrucción en la magia y la hechicería. La idolatría y la magia eran la fuente principal de ingresos a la ciudad (Hechos 19;18, 19, 23-27). Se publicaban libros de magia, se vendían maldiciones para castigar a los enemigos, y toda suerte de elemento de brujería.

La iglesia en Éfeso constantemente enfrentaba enormes desafíos. Los creyentes que habían salido del paganismo grecorromano necesitaban saber confiadamente que Cristo era más poderoso que todos los poderes que habían conocido y temido en su idolatría. Clinton Arnold comenta:

Hay dos observaciones importantes sobre este episodio que tienen relevancia para la interpretación de Efesios: (1) mucha gente que antes realizaba prácticas mágicas se unió a la iglesia de Éfeso, y (2) el relato muestra la fuerte atracción que ciertas características del ambiente espiritual tenían sobre los creyentes. Seguramente estas personas que se habían sentado a escuchar las enseñanzas de Pablo durante un tiempo sabían lo inapropiado de continuar con estas prácticas, pero el poder de estos medios tradicionales para tratar los problemas, las enfermedades y los asuntos de la vida diaria les seguían resultando irresistibles. Hizo falta la intervención soberana de Dios para que ellos quedaran suficientemente convencidos de que debían arrepentirse completamente del uso continuado de amuletos, hechizos, invocaciones y medios tradicionales de obtener poder espiritual.[ii]

Paralelos entre el Salmo 68 y Efesios:

1.     El Salmo 68 habla del pueblo liberado de la esclavitud, “conduce a los cautivos a prosperidad” (Salmo 68:6); en Efesios, Pablo describe como Cristo los había librado de la esclavitud al “Príncipe de la potestad del aire”.

Efesios 2:1-6 Y Él les dio vida a ustedes, que estabanmuertos en sus delitos y pecados, 2en los cuales anduvieron en otro tiempo según la corrientede este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. 3Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendolos deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa delgran amor con que nos amó, 5 aun cuando estábamos muertos ennuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), 6 y con Él nos resucitó y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús,

2.     El Salmo 68 habla sobre la victoria de Jehová sobre los reyes enemigos. “Los reyes de los ejércitos huyen, sí huyen” (Salmo 68:12); en Efesios se destaca el triunfo de Cristo sobre los principados y potestades.

Efesios 1:18-23. 18Mi oración es que los ojos de su corazón les seaniluminados, para que sepan cuál es la esperanza de Su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, 19 y cuál es la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de Su poder. 20Ese poder obró en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, 21 muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no solo en este siglosino también en el venidero. 22Y todo lo sometióbajo Sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en todo.”

3.     El Salmo 68 habla de Jehová marchando hacia el Monte Sion, donde establecerá su morada permanente (Salmo 68:16), y donde las naciones vendrán para adorarle (Salmo 68:31, 32).  En Efesios 2:19-22 y 3:6 Pablo anuncia a los creyentes gentiles que ahora son parte de la familia de Dios, y edificados por el Señor como parte de su nuevo Templo.

19Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios. 20 Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, 21 en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. 22 En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

“…a saber, que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.”

4.     En el Salmo 68, se describe al Señor recibiendo tributos para levantar en Sion su Templo (Salmo 68:18). “Tú has ascendido a lo alto, has llevado en cautividad a tus cautivos; has recibido dones entre los hombres, y aun entre los rebeldes, para que el SEÑOR Dios habite entre ellos.”

En Efesios 4:9-12, Pablo describe a Cristo dando dones a su Iglesia: “Por tanto, dice: CUANDO ASCENDIO A LO ALTO, LLEVO CAUTIVA UNA HUESTE DE CAUTIVOS, Y DIO DONES A LOS HOMBRES (Esta expresión: Ascendió, ¿qué significa, sino que El también había descendido a las profundidades de la tierra? El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.) Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.

La expresión del salmista, “has llevado en cautividad a tus cautivos” se presta para varias interpretaciones. Hay quienes opinan que se refiere a la costumbre antigua de exhibir públicamente a los enemigos derrotados. Otros afirman que “los cautivos” se refiere a la tribu de Leví, los levitas que fueron tomados del pueblo de Israel para servir al Señor en su Templo y todo lo referente al ministerio ahí.[iii]

Hay varias particularidades destacables en esta cita paulina del Salmo 68:18. En primer lugar, Pablo cambia el verbo “recibir” a “dar”.  El salmo dice, “has recibido dones”, pero Pablo dice, “y dio dones a los hombres”.

Algunos comentaristas opinan que en este caso Pablo emplea un recurso hermenéutico hebreo que se conoce como un midrash pesher, un método exegético rabínico que aplica un criterio interpretativo de paráfrasis, profecía o parábola a un texto antiguo, dando una interpretación para una realidad vigente.[iv]  Otros opinan que Pablo quizás usó el texto del salmo 68 según aparece en un Tárgum arameo, el cual dice “has dado dones a los hombres”.[v]

Pero este cambio también puede entenderse como una interpretación más completa que Pablo hace de la acción descrita en el salmo – que los reyes en sus conquistas, recibían las riquezas ganadas y luego distribuían recompensas a sus tropas. En Efesios, Pablo enfatiza la parte de la entrega de premios, a diferencia del salmo que enfoca la recepción de los tributos.

Una segunda observación importante es que en Efesios 4:9-12 Pablo no emplea las palabras griegas carísmata o pneumatiká que generalmente usa para describir a “dones espirituales”, sino dómata (regalos). Hay diferencias importantes.

Carisma, carísmata se refiere a dones dados por gracia.  La raíz es caris (gracia). Son palabras que no aparecen la versión Septuaginta, ni en Platón, pero que Pablo emplea 18 veces en sus escritos (Ejemplos: Rom. 5:15,16; 6:23; 1 Cor. 7:7; Rom. 11:29; 12:6-8; 1 Cor. 12:4, 9, 28, 30, 31).

Pneumatiká significa “cosas del Espíritu” o “cosas de naturaleza espiritual”. Se emplea en un sentido más amplio, para describir cosas de índole espiritual (Eje: Rom. 7:14 “sabemos que la ley es espiritual”) y en un sentido mas estrecho como “don espiritual” (Eje: 1 Cor. 14:1 “procurad los dones espirituales”.

El destacado autor y profesor de griego, Anthony Palma, comenta:

Es mejor considerar a los dos vocablos carísmata y pneumatiká como intercambiables.  Sin embargo, el énfasis de cada uno es distinto.  Carísmata llama la atención al aspecto de la gracia involucrada en la entrega del don, y pneumatiká dirige nuestra atención al Espíritu, como el dador de los dones.[vi]

Sin embargo, en Efesios 4, Pablo no emplea ni carísmata o pneumátika, sino dómata. El sustantivo griego doma (singular), o dómata (plural) simplemente significa “regalo”, “obsequio”, u “ofrenda”. No destaca ni la gracia ni la espiritualidad como los otros vocablos. La forma verbal didomi (dar), ocurre más de 400 veces en el NT. Pero el sustantivo es una palabra que se usa muy poco en el N.T. Se encuentra solamente en: Mateo 7:11; Lucas 11:13 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas (δόματα) a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”; Fil. 4:17 “No es que busque dádivas (δόμα), sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta”; y en nuestro pasaje bajo estudio, Efe. 4:8“Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones(ἔδωκε δόματα) a los hombres”.

¿Por qué no usó Pablo la palabra “carísmata” o “pneumatiká” al decir “dio dones a los hombres”?  Puede ser porque estaba citando de la versión Septuaginta que rinde el Salmo 68:18 así: “Tomaste dones(ἔλαβες δόματα) para los hombres”, empleando el sustantivo dómata (regalos).  Esto también nos impulsa a entender a estos “dones” de Efesios 4:11 (apóstoles, profetas, evangelistas y pastores-maestros) como de una índole distinta a los demás “dones”.  Por ejemplo, en 1 Cor. 12:8 leemos: “Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu”. Por el contexto del pasaje, vemos en el v. 4 “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo que se trata de carísmata. El sujeto es el don y el objeto es quien recibe el don – “a uno”.  Así funciona siempre con los pneumatiká y carísmata. El Espíritu Santo reparte sus dones (los sujetos) a los creyentes (los objetos, o receptores de los dones).

Pero en Efesios 4, el sujeto no es “el don de evangelismo” y el objeto no es “el hermano que va a ser un evangelista”.  No, el sujeto es “evangelistas” el y objeto es “los hombres” (v. 9), “los santos”, es decir, “el cuerpo” (v.12). Los dones que Cristo dio a su Cuerpo son las personas mismas de los “apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros.”

Debemos entonces tener cuidado de no manejar el pasaje de Efesios 4 como paralelo directo con 1 Corintios 12 o Romanos 12, pues en Efesios el enfoque está en el triunfo de Cristo y como Él ha provisto para edificación de su Templo, la Iglesia, mediante el uso del lenguaje del Salmo 68 sobre el triunfo de Jehová y el establecimiento de su Templo en Sion.

Efesios: una interpretación tipológica del Salmo 68

En resumidas cuentas, podemos ver que, en su carta a los Efesios, el apóstol Pablo hace uso no solamente del versículo Salmo 68:18, sino refleja todos los grandes temas del salmo. Podemos decir, como Greever[vii], que Pablo hace una interpretación tipológica del Salmo 68. Efectivamente, en Efesios vemos reflejos de este salmo en varios puntos:

1)    El Salmo habla de Jehová venciendo sobre los reyes de la tierra durante el Éxodo, en Efesios, Pablo habla de Cristo a la diestra del Padre, “en los lugares celestiales sobre todo principado y autoridad y poder y señorío”. Así como Jehová venció en el Éxodo, Cristo ha vencido sobre todo enemigo espiritual – un mensaje importante para los efesios, quienes vivían en la ciudad más entregada a la magia, la brujería, y la hechicería.

2)    En Efesios 4, al igual que en el Salmo 68, el Señor conquista a sus enemigos y avanza con los tributos de victoria para invertirlos en la construcción de su Templo. Pero no son dones como “el don de romper las maldiciones de los brujos de Éfeso”. Los dones de que Pablo habla a los efesios son los líderes, ministros de la Palabra. Así como el Señor dio a los levitas a Israel para ministrar al pueblo, Cristo da las personas que ha llamado y equipado para ministrar a su Iglesia. Son los dones que El ha ganado y que ahora invierte en la construcción de su Templo, la Iglesia (Ef. 2:21,22).

Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros – ¿qué tienen en común? – todos son líderes que ejercen el ministerio de la Palabra de Dios, el anuncio del evangelio de Cristo. Son dones de Cristo para la edificación de su Templo, su Cuerpo, la Iglesia. El dio apóstoles y profetas para cumplir las funcionales fundacionales y revelacionales (Ef. 2:20; 3:5,6), y evangelistas, pastores y maestros quienes edifican sobre ese fundamento.

El ex-superintendente nacional de las Asambleas de Dios en EUA, George Wood, comenta sobre esto:

La palabra “apóstoles” ocurre dos veces en Efesios antes de Efe. 4:11, y no más después de eso. Mirar a los usos previos del vocablo establece el contexto en que “apóstoles” ha de ser interpretado en el 4:11. . .  Ninguno de los dos pasajes [2:11, 3:5] guarda relación con el gobierno de la iglesia local. Se relacionan con el fundamento de la verdad que fue puesta por los apóstoles y los profetas, tal verdad reveladora de la inclusión de los gentiles como co-herederos con Israel. Al aplicar el sentido de ambos pasajes a Efesios 4:11-13, el flujo natural es el siguiente:

  • Los apóstoles y profetas colocan el fundamento alrededor de la piedra angular, Jesucristo.
  • Los evangelistas llaman al pueblo a creer en la verdad que ha sido expuesta por los apóstoles y profetas.
  • Los pastores-maestros toman a las personas reunidas por los evangelistas y los maduran y equipan para el ministerio [la función del evangelista puede ser asumida por uno con un papel diferente, 2 Tim. 4:5]. El uso de “apóstoles y profetas” en Efesios establece a estas funciones como pertenecientes a la puesta del fundamento de la Iglesia, la cual, en términos de doctrina, está enteramente hecha por medio de sus palabras escritas, es decir, el Nuevo Testamento.

Las funciones apostólicas de plantar iglesias y las funciones proféticas de ánimo, corrección y consolación continúan, pero en ningún lugar del Nuevo Testamento quedan estas funciones instituidas como “oficios de la Iglesia”. Hay que ver al resto del Nuevo Testamento para comprender como funciona la Iglesia en cuanto a gobierno.”[viii]

Conclusión

Efesios 4:7-11 es un pasaje muy importante que todos apreciamos y valoramos muchísimo. Es tremendo comprender como el Espíritu Santo dirigió a Pablo a reconocer en las palabras de un antiguo salmo, una revelación profética de Cristo, su triunfo sobre el enemigo y todas sus huestes, su ascensión y exaltación y la bendición de dejar como regalos a su pueblo, ministros de la Palabra que avanzan la edificación de su Cuerpo, la Iglesia.

NOTAS

[v] Klyne Snodgrass. Ephesians: The NIV Application Commentary Book 10. Zondervan Academic. Kindle Edition, p. 367.   También en: Smith, p.183.

[vi] Anthony D. Palma, The Holy Spirit: A Pentecostal Perspective. Logion Press, 2012, p. 174.

[viii] George Wood. Apostleship in the Church Today. [El apostolado en la Iglesia hoy]. Alocución dada a superintendentes y secretarios distritales, y presidentes de universidades.  5 de diciembre del 2000.

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