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Evangelismo eficaz en la juventud

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 ¿Cómo ayudar a la iglesia local a alcanzar a la juventud?

Por Emanuel Barrientos

 

– Hola pastor, ¿cómo está?, quería presentarle a mi amigo Daniel.

 Esas fueron las palabras de Tanisha, una joven de nuestra iglesia que deseaba presentarme como su pastor de jóvenes. Ella era una constante ganadora de almas. Por un buen periodo de tiempo, Tanisha llevaba a un amigo nuevo semana a semana a nuestro servicio de jóvenes. Como si fuera muy fácil, ella atraía a sus compañeros de clase de secundaria y los acercaba a la iglesia, los involucraba con otros jóvenes y poco después, como resultado, terminaban aceptado a Cristo en su corazón.

Creo que todos entendemos el mandato de Dios de ir y hacer discípulos a las naciones, entendiendo que ese proceso comienza con evangelizar, con ganar a los jóvenes para el reino de Dios. Nuestras iglesias están establecidas en comunidades donde siempre hay una gran concentración de jóvenes, y el ministerio juvenil debe asumir, junto con la iglesia, la gran responsabilidad de ir por ellos y presentarles a Dios, para luego ayudarles a alcanzar la madurez espiritual mientras enfrentan su desarrollo de crecimiento (sabemos los grandes desafíos de la adolescencia). En pocas palabras, estamos hablando del proceso del evangelismo y discipulado.

Siempre se ha visto como un gran desafío ganar eficazmente a los jóvenes que están en la comunidad. ¿Cómo podemos hacer para que los jóvenes no creyentes quieran venir a la iglesia? Esta es una pregunta que se hace muy a menudo y que vamos a tratar de responder.

 

LOS JOVENES SON EL MEJOR RECURSO EVANGELIZADOR

Más que buscar estrategias y modelos de evangelismo, lo mejor que tiene una iglesia local para ganar jóvenes para Cristo son los mismos jóvenes que ya asisten. Estructurar un ministerio juvenil saludable es la clave para alcanzar a otros jóvenes. Los jóvenes son agentes de influencia con sus pares de manera natural, son ellos quienes tienen el mayor acceso a los jóvenes no creyentes de la comunidad. Cuando una iglesia local tiene un ministerio juvenil que se preocupa por sus jovenes de manera intencional, logrará que ellos, por iniciativa propia, deseen acercar a sus amigos a la iglesia. ¿Por qué un joven de nuestra iglesia desearía invitar a su amigo inconverso a nuestro servicio de jóvenes?. La Biblia dice en Juan 4:28-30 28Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él. – la mujer Samaritana fue una especie de Tanisha, la joven de nuestra iglesia que al ser tocada por el poder de Dios, se vio conmovida a compartir su experiencia y motivar a otros a acercase a tener una experiencia igual con Jesús. La palabra de Dios, en ese mismo capítulo de Juan, pero versículos posteriores, cuenta: 41Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo. Los amigos de la mujer samaritana ya habían entrado en un convencimiento pleno de la fe por su propia experiencia con Jesús.

 ¿Qué pasaría si tuviéramos más jóvenes así? – sería una gran explosión evangelizadora que habría en nuestras iglesias y veríamos a muchos jóvenes acercarse a Dios. Permítame darle algunos consejos que le pueden ayudar en su iglesia para alcanzar a los jóvenes de su comunidad:

 

1- Todo ministerio juvenil debe enseñar y entrenar a sus jóvenes a compartir su fe.

Si los jóvenes son el mayor potencial para el evangelismo, es necesario y urgente que les enseñemos y les entrenemos en como presentar el evangelio. Debe ser algo práctico y muy pertinente. No necesariamente se trata de un curso formal de muchas semanas, pero si de una enseñanza que incluya:

            A- La compasión por los perdidos: Hágale saber a sus jóvenes que Dios ama a sus amigos inconversos y de igual manera, nosotros debemos de amarlos también (1 Timoteo 2:4). La compasión activa la acción, la lastima solo queda como un sentimiento. Activamos la compasión en los jóvenes cuando les hacemos ver la realidad en la que muchas de sus amigos viven al no tener a Jesús en sus vidas, pero también lo hacemos cuando hablamos de la transformación que Dios hace en las vidas de las personas que lo reciben. Una buena manera de lograr esto es tener tiempos de testimonio en las reuniones, que inspire, motive la fe y la compasión. Que otros jóvenes relaten como Dios les ha cambiado, puede ser un catalizador que anime a hacer algo por los demás; sin embargo, hablar siempre de las necesidades tangibles de los no creyentes, siempre será importante y pertinente, (además de que empuja a un evangelismo social).

            B- El mensaje evangelístico: Podemos enseñarles muchas técnicas para presentar el evangelio pero lo más importante es enseñar la secuencia lógica del mensaje de salvación. En mis primeros pasos como líder de jóvenes, recuerdo que aprendimos a usar nuestra mano para recordar los cinco puntos básicos del mensaje de salvación:

1)    Gracia: la salvación es gratuita y nadie puede hacer nada para merecerla. Efesios 2:8-9

2)    Hombre: es pecador y ese pecado lo separa de Dios. Romanos 3:23; 6:23

3)    Dios: es amoroso y justo. Nos ama, pero debe castigar el pecado. 1 Juan 4:8; Éxodo 34:7

4)    Jesucristo: tomó nuestro lugar, murió por nosotros, pero resucitó y nos da un lugar nuevamente con Dios. 2 Corintios 5:21.

5)    Fe: es creer en la obra que Jesús hizo, para tener la vida eterna. Juan 3;16

Aunque podemos tener muchas herramientas para el abordaje evangelístico, lo más importante es manejar bien el mensaje, pues al enseñarlo, los jóvenes no solo están aprendiendo sobre como presentar el plan de salvación, también están siendo discipulados en la palabra de Dios y en la fe salvadora para vida eterna. Muchos de los mejores líderes juveniles que tuve a mi lado en mis tiempos como pastor de jóvenes fueron formados en el conocimiento bíblico cuando les enseñé el como presentar el plan de salvación.

 

2- Todo ministerio juvenil debe involucrarse en la comunidad.

Vamos a ser sinceros. No podemos pretender como iglesia local ganar a los jóvenes de la comunidad si no estamos involucrados en ella. Una de las claves principales de un ministerio juvenil que gana a otros para Cristo, es tener como meta desarrollar un programa que responde a los desafíos de los jóvenes de la comunidad (más que hacer lo que “cree que necesitan”). El evangelismo debe ser parte de la naturaleza del ministerio juvenil y no un evento mensual al año.

Mateo 9:35-39 dice: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.” – Jesús se involucraba en la comunidad y eso lo hacia responder acertadamente, y esa actitud del maestro nos ayuda a establecer tres principios vitales para el involucramiento en la comunidad:

            A- Conozca la realidad local y sus necesidades: ¡Dé en el blanco!, (en lugar de disparar para todos lados). Salga a la comunidad e investigue cuáles son las necesidades más apremiantes de la juventud local. Puede responder algunas de estas preguntas, sé que le ayudarán en esa tarea:

–    ¿Cómo es la situación económica y social de la comunidad?

–    ¿Dónde se reúnen con frecuencia los jóvenes? (parques, centros comerciales, restaurantes, etc.)

–    ¿Cuál es el deporte favorito?

–    ¿Qué oportunidades de desarrollo de vida poseen (escuelas, supermercados, hospitales, etc)?

–    ¿Cómo es nivel de seguridad/violencia en la comunidad?

Las preguntas pueden ser más. La intención no es hacer un estudio demográfico, consiste en acercarse humanamente a la realidad que los jóvenes enfrentan y responder a ello. Una amiga pastora, Cristina, interesada en responder a las necesidades, implementó un evento especial en su iglesia para jóvenes adolescentes que iban a ser o ya eran madres solteras en vulnerabilidad. En esa reunión se les regalaba una caja bastante grande con productos para el cuidado del bebé, siendo esto una enorme ayuda para las madres que tenían una economía muy limitada. En la reunión se les compartía del mensaje de la palabra de Dios y muchas de ellas entregaban su corazón a Jesús. Cristina lograba hacer esto involucrándose con la comunidad, con las amigas de las jóvenes de su iglesia, buscando ayuda y donaciones para obtener los presentes. Recuerde: ¡cuando respondemos a una necesidad, nuestro nivel de influencia en el liderazgo aumentará! El grupo de jóvenes de Cristina empezó a crecer a raíz de esta hermosa iniciativa.

          B- Relaciónese con las autoridades locales: Muchas organizaciones del estado como privadas, trabajan por el bienestar de la comunidad, y son ellos, los que poseen no solo un grado de influencia en la juventud, también tienen información de los desafíos y las áreas en las que necesitan apoyo. Algunas ideas para tener esos acercamientos:

–    Hablar con el director o principal de un centro educativo, con el propósito de poder agregar valor al proceso formativo y conocer las necesidades de la población.

–    Conectarse con un líder comunal, los gobiernos locales tienen proyectos orientados a la juventud y la iglesia puede participar activamente en ellos con el fin de acercarse y visibilizarse en la comunidad.

–    Visitar un centro médico o una estación de policía con el fin de conocer y responder a necesidades muy específicas de la población juvenil de la comunidad y brindar soporte, como lo hizo mi amiga Cristina. Los centros médicos y policiales poseen mucha información estadística que puede ayudarnos a reorientar nuestras reuniones para no creyentes o nuestros proyectos de ayuda social.

            C- Realice eventos sociales de impacto: En una ocasión, recibimos una donación financiera para ayudar económicamente a las familias de la comunidad. Como ministerio juvenil, organizamos un evento un fin de semana en uno de los salones de un centro educativo cerca de nuestra iglesia. Previo al evento, en contacto con educadores, seleccionamos a 50 estudiantes y sus familias para que asistieran al evento. Ese día, tuvimos juegos, dramas, comida y les obsequiamos todo tipo de alimentos necesarios para el sustento de al menos dos meses (sin olvidar lo prioritario de la misión, presentar el mensaje del evangelio), el resultado fue que algunos de esos jóvenes y sus familias no solo aceptaron a Cristo en su corazón, sino que también se conectaron con la iglesia. Sugiero algunas ideas que puede realizar de manera social:

–    Realizar dramas y obras de teatro con un mensaje importante para la juventud (abordar temas de la realidad social, como las drogas, el sexo, la familia, etc)

–    Salir a los parques y tener dinámicas y juegos de recreación que te ayuden a acercar a los jóvenes no creyentes con tus jóvenes.

–    Ofrecer recitales musicales que tengan siempre un espacio para el mensaje de la palabra de Dios.

–    Ayudar en eventos de la comunidad que involucran jóvenes.

–    Crear un banco de alimentos para ayudar a las familias necesitadas.

–    ¿Tienes alguna otra idea?…

3- Todo ministerio juvenil debe potenciar el ambiente de sus reuniones.

Tenga lista su iglesia. Podemos ser más efectivos en evangelizar pero no en consolidar a las almas ganadas. Una de los aspectos más importantes que he aprendido con el paso de los años, en lo que respecta a ganar a jovenes para el reino de Dios, tiene relación con el ambiente de las reuniones. Podría asegurar casi sin miedo a equivocarme, que el ambiente en las reuniones de jóvenes es más importante que la alabanza y aun que el mensaje de ese día (sin que eso signifique despreciar la adoración o la predicación de la palabra de Dios).

           A-  Cambio de paradigma.

La tradición nos enseñó que para integrar una comunidad de fe la persona primero acepta a Jesús en su corazón y luego se incorpora a la iglesia. Pero con los jóvenes—y tal vez con muchos adultos – ya no sucede así. Muchos de los jóvenes se acercarán primero a la iglesia, como en el caso de los amigos de Tanisha. Primero van a construir una idea de lo que es el cristianismo, y finalmente tomarán una decisión si seguir o no a Jesús. En nuestro ministerio juvenil hemos visto a jóvenes que tenían con nosotros más de tres a seis meses de ser fieles a la asistencia y actividades, pero que aún no aceptaban a Jesús en sus corazones. Cuando al fin un día dieron el paso de fe, ¡ya eran participantes activos de la iglesia, y hasta los cantos se sabían y llegaron a levantar las manos! Se sentían bien con nosotros y estaba asimilando si “esa era la vida que buscaban vivir.”

Algunos consejos para esto:

–    Prepare su ministerio juvenil para recibir cordialmente a los no creyentes que asistan a una reunión por primera vez. No solo al liderazgo; enseñe a todos sus jóvenes a saludar y ser cordiales con aquellos que asisten por primera vez. Enséñeles a perder el miedo a acercarse a un desconocido e inclusive a invitarlos a ser su amigo y sentarse al lado de él para acompañarlo durante la reunión.

–    Tenga siempre en mano información de orientación al grupo y un presente para los no creyentes, de manera que los haga sentir importantes.

–    Diseñe espacios para la socialización donde los jóvenes puedan conectarse con los que llegan por primera vez, antes y después de la reunión. Pueden ser algunas sillas con una decoración central, cojines, algunos juegos de mesas, preparar el jardín fuera del edificio, etc.

            Que las palabras de un joven no creyente que nos visita por primera vez sean: “no sé porque cantan tanto, ni porque levantan las manos, tampoco comprendí mucho lo que enseñaron e inclusive por qué hay que dar dinero al final, pero, que bien me sentí aquí hoy, regresaré la próxima semana”.

            B-  El Espíritu Santo.

Finalmente, pero no menos importante, es tener activo el poder del Espíritu Santo en la vida de los jóvenes y de la misión del ministerio juvenil. El pasaje de Hechos 1:8 nos recuerda muy enérgicamente que necesitamos el poder de la presencia de Dios para ser efectivos en el evangelismo con la juventud. El Espíritu Santo nos dará las estrategias, las herramientas, las ideas y los recursos para responder a las necesidades, y por excelencia, será la presencia de Dios la que  propiciará el mejor ambiente en nuestras reuniones para que los no creyentes que nos visiten, decidan quedarse y decidan recibir a Cristo en sus vidas para salvación y vida eterna.

 

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